El 14 de abril de 1931 se proclamó en España la II República, que fue breve pero intensa. Desde entonces, todos los 14 de abril se recuerda la República de una manera o de otra y este año con el matiz especial que le dan los números redondos a las fechas conmemorativas. Hoy, hace ochenta años de aquellas elecciones en las que los ciudadanos dijeron que ya no querían más reyes, que querían un país democrático e igualitario.
Inestable, con muchos enemigos que pusieron en jaque a la República durante los poco más de cinco años que duró, así fue este periodo democrático de nuestra Historia reciente. Pero a pesar de todos los problemas, durante el bienio reformista de la II República se pusieron en marcha ambiciosos proyectos y se consiguieron importantes hitos en derechos sociales. Vamos a recordar algunos de ellos.
- Se estableció la soberanía popular en la que se consideraba al país como una "República democrática de trabajadores de todas clases".
- Se estableció el sufragio universal, permitiendo a las mujeres ejercer su derecho al voto.
- Se proclamó un Estado laico, cuando la Iglesia penetraba en todos los rincones de la vida pública y privada de los españoles.
- Hubo una ampliación de derechos, como el divorcio y la equiparación de los hijos legítimos e ilegítimos ante derechos y deberes.
- Derecho a la educación, en un país donde la mayoría de su población era analfabeta. Hubo un programa de creación de escuelas (6.750) y de contratación de maestros (7000). Se promovió la enseñanza mixta en los centros públicos y la asignatura de religión dejó de ser obligatoria.
- Se les dio el derecho a las regiones de establecer sus propios estatutos de autonomía.
Dejo de lado otras reformas importantes que tuvieron lugar, como la agraria, la militar o las laborales porque tampoco pretendo escribir un capítulo de un libro de Historia. Solo he querido destacar, en esta fecha conmemorativa, algunos de los puntos de manera representativa para recordar aquella época y para ver si nos impregnamos un poco de ese espíritu progresista, de esa lucha por las libertades, de esa aspiración por conseguir una sociedad más justa, igualitaria y con mayores derechos. Y digo que a ver si nos impregnamos de todo eso porque no hace falta que os recuerde que es lo que vino después de la II República; así que, no hay que aletargarse porque los "malos" están al acecho y pueden aprovechar la mínima oportunidad para echar a bajo de un manotazo todo lo que se ha conseguido como si fuera un castillo de arena. Tal y como escuché la semana pasada del vicepresidente del gobierno, los derechos no son irreversibles, por eso no se puede bajar la guardia.
Aunque España vuelve a ser un país democrático desde la década de los 70, ya no es un país republicano. Dicen que la figura del rey fue bastante importante en la transición, seguramente fuera así y él ayudó a encauzar todo aquel proceso, pero sea como fuere, yo no soy partidaria de la monarquía. Me parece lo más injusto que hay y no me gustan las injusticias. En nuestra sociedad no parece que haya un debate explícito de monarquía sí / monarquía no. Hay más debate sobre la tauromaquia, la velocidad en las carreteras, el sueldo de los políticos… y en la mente del colectivo está más presente el paro, el terrorismo o las drogas que la cuestión monárquica. Supongo que cuando se muera Juan Carlos se barrunte algo, mientras tanto, yo no pierdo la esperanza de conocer la III República de España.
Y tanto que los "malos" están al acecho. Esta semana, haciendo zapping, escuché en un canal del TDT PARTY (Intereconomía en concreto) algo tal como: "La derecha española no tiene por qué avergonzarse de nada. Si la izquierda española se enorgullece de ese saco de pus que fue la II República y no piden perdón por el asesinato del Jefe de Gobierno, Carrero Blanco, no tenemos que ser nosotros los que vayamos con la cabeza gacha".
ResponderEliminarLo más triste es que estas declaraciones se puedan hacer en el s.XXI, en un medio de carácter nacional y sin recibir ningún tipo de sanción. Simplemente lamentable.
¡Salud y República!
Muy bien, yo soy de monarquia, creo q son una figura mas del estado, q nos representa y por suerte tenemos una familia real q sabe donde esta y no va dando espectaculos por ahi, aparte q tampoco estoy de acuerdo con q nos cuestan mucho dinero y demas. Asi como lo tipico de cada vez q nace uno, mas dinero, el rey tiene un sueldo al año q distribuye en su familia (infantas,principes y demas) como buenamente le da la gana aparte q por ejemplo las infantas tiene su trabajo. Vamos q no el veo ningun problema y creo q es una representacion muy buena para nuestro pais!
ResponderEliminarCorríjame si me equivoco, pero creo recordar que por mucho que en las ciudades ganaran en votos/concejales los republicanos, el resultado arrojaba clara mayoría para los monárquicos. Es decir, el nacimiento de la república (saliendo por patas el rey) ya es de una bochornosa alegalidad, eso sí, muy bien aprovechada por los perdedores de las elecciones para formar su chiringuito. ¡Qué bonito y democrático, unas elecciones en las que el perdedor puede elegir cambiar el sistema de representación a su antojo! Otro apunte: partidos republicanos como tales había muy pocos. Cada uno hacía la guerra por su cuenta y usó la república para sus propios fines, por ejemplo, el PSOE, que consideraba la república "el paso previo a la dictadura del proletariado" (y todavía salieron con la cantinela de '100 años de honradezez'...). El sistema republicano puede gustar más o menos, pero lo obvio es que España no estaba preparada para eso en aquel entonces. Tuvo un mal comienzo (alegal, habiendo perdido las elecciones) y terminó peor. Acabó con una dictadura de derechas, pero puedo terminar de cualquier otra manera igualmente funesta para la democracia como tal, ya que los hechos (y documentos, y periódicos, y panfletos de un partido y de otro) demuestran que realmente casi nadie creía en la democracia. Llorar por una república y poner como ejemplo la II República española es un poco... en fin. Por cierto, yo tampoco soy monárquico. A estas alturas de la película, la Monarquía es algo totalmente absurdo y perfectamente evitable.
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