La teoría de la evolución de Charles Darwin (1809-1882) fue un gran hito en la historia de la ciencia mundial y aunque ya tiene más de siglo y medio, sigue estando vigente, sigue creando polémica y sigue siendo la base de muchas otras teorías científicas en diferentes campos.
Como es archiconocida y se estudia en los colegios, no vengo a descubrirla ni a contar nada de ella ni de su autor. Sin embargo, si que me gustaría compartir algo relacionado con todo esto, que por ser casi anecdótico, es más desconocido.
Como es sabido, Darwin desarrolló su teoría a raíz de haber hecho un viaje a bordo del Beagle que duró cerca de cinco años y le llevó a distintos puntos de Sudamérica, a Australia y a otras islas de los océanos Índico y Pacífico. Bien, pues el capitán del Beagle era un hombre llamado Robert FitzRoy (1805-1865) cuya misión para el viaje era hacer estudios hidrográficos de las diferentes zonas visitadas, pero junto a eso, también tenía el objetivo de encontrar pruebas que demostraran la veracidad del Génesis, ya que era un religioso fundamentalista.
Después de haber terminado el viaje y una vez que Darwin publicó El origen de las especies, FitzRoy se sentía muy culpable de que su expedición hubiera tenido unas consecuencias tan desfavorables para la religión cristiana y para su libro sagrado, por lo que se pasó el resto de su vida apelando infructuosamente a Darwin para que se retractara de su teoría.
Acudió a un debate sobre la teoría que tuvo lugar en la universidad de Oxford siete meses después de la publicación del libro de Darwin. Allí, atacó El origen de las especies y, alzando una Biblia, suplicó a los presentes que creyeran en dios antes que en el hombre. Al final, su inflexible tradicionalismo junto con sus fracasos profesionales, lo convirtieron en un hombre huraño y abatido, que terminó suicidándose cuando tenía 60 años de edad.
El almirante Robert FitzRoy |
Es triste que el debate creacionismo versus evolución siga abierto a día de hoy en ciertos lugares; valga esta paradójica historia para recordarnos que los conocimientos que hoy tenemos acerca de lo que nos rodea, del mundo en que vivimos y del espacio son teorías y, seguramente, muchas de ellas serán refutadas por lo que, lo que hoy es blanco, mañana será negro; pero creo que lo importante es mantener una actitud abierta y flexible ante los nuevos conocimientos porque, de un modo u otro, seguro que podemos extraer algo positivo de ellos.
q curioso, de todas maneras la teoria de la evolucion tampoco echa por tierra la religion, es decir en la biblia no todo lo que se pone es real, Adan y Eva no existieron, es una metafora, no existe ni el jardin del Eden ni ninguno de los dos, es simples metaforas, por lo que para mi, la teoria de la evolucion no esta reñida con la religion! Vamos q este hombre se volvio loco para nada! como tu dices los extremos no son buenos y no siemrpe las cosas son 100% verdad, por lo que creer algo de unas ideas no te quita para poder creer otra de otras.
ResponderEliminarNo es que la teoría esté reñida con la religión, sino que está reñida con los religiosos. En EEUU hay lugares donde no se permite impartir la ley de la evolución en los programas educativos, sustituyéndola por el creacionismo o, en su defecto, la teoría del Diseño Inteligente (D.I.)En otras, para poder ser estudiada, debe ocupar la misma carga lectiva que el creacionismo o el D.I.
ResponderEliminarSi aplicamos la teoría de la evolución hacia el género humano quizá sí que hubiera que hacer una buena revisión, ya que casi podríamos hablar de que el ser humano está involucionando.