Qué falló en lo vuestro

   Todavía no habíamos tocado ningún tema relacionado con la radio en el blog pero hoy va a ser el primero.

   Seguro que en películas o en series de televisión que hayáis visto, ha salido alguna vez el ‘típico’ programa de radio de madrugada en el que llama gente para contar sus problemas bajo la tranquilidad del anonimato y la esperanza de que bien el locutor o bien otros oyentes le den algún consejo para resolverlos o sobrellevarlos.

    Yo siempre quise dar con algún programa real de ese tipo para escucharlo pero llegué a pensar que era cosa de la ficción televisiva porque no conocía ninguno que existiera en realidad; hasta hace cosa de un año y medio/dos años que me hablaron de un programa que tenía más o menos esas características.Se llama qué fallo en lo vuestro, es de cadena dial y lo emiten de lunes a jueves de doce de la noche a dos de la madrugada. 

    Lo que tiene de particular es que la gente llama pero no para contar cualquier tipo de problema, sino para contar –tal y como sugiere el nombre del programa– problemas relacionados con temas amorosos. A raíz de la llamada de alguien contando su caso, suelen llamar otras personas que han vivido situaciones similares o que se sienten identificados para darles consejo o narrar como salieron las cosas en su situación.  

     Yo lo suelo escuchar a temporadas, hace tiempo que no lo escucho; acaba tarde, por lo que no es apto para todo el mundo pero siempre hay momentos, ‘épocas de insomnio’, vacaciones… que son más propicios para darle una oportunidad.

  Se relatan casos muy llamativos y conmovedores que no dejan indiferente. Muchas de las personas que llaman, califican al programa con el adjetivo de ‘humano’ y yo estoy muy de acuerdo con esa opinión porque escuchas los problemas que narran y te llegan y empatizas; sin embargo, al día siguiente te levantas por la mañana y te cruzas con un montón de gente por la calle, que es esa misma gente, con esos mismos problemas pero no les dedicas ni un segundo de tus pensamientos ni los miras a la cara.