Atracción sexual genética

      Si a ti te pasa como a mí, que esta semana es la primera vez que escuchas la expresión que da título a la entrada de hoy, te diré lo que significa. Atracción sexual genética hace referencia a la atracción sexual que sienten entre sí dos personas emparentadas en primer grado (hijos-padres o hermanos) cuando se reencuentran en la edad adulta después de haber estado separadas toda la vida porque una de estas personas fue dada en adopción a otra familia. Pongamos un ejemplo para que quede más claro. 

      Imaginemos, Fulanita de Tal es dada en adopción nada más nacer. Fulanita es una niña feliz, saca buenas notas en el colegio y tiene muchos amigos. Cuando llega a la adolescencia, su familia le confiesa que es adoptada y ella decide buscar a sus padres biológicos. Fulanita consigue contactar con su padre biológico, Menganito, y organizan un encuentro. Cuando Fulanita y Menganito se ven y se conocen surge entre ellos una atracción mutua tan fuerte que es imparable y comienzan a mantener un idilio.

        Esta situación, que no solo se da entre padres e hijos, sino también entre hermanos y hermanas, es mucho más frecuente de lo que pensamos y, según los expertos, los casos aumentarán con el tiempo porque aumentan el número de fecundaciones in Vitro y también por los nuevos modelos familiares que se dan en nuestra sociedad (niños que no se crían con alguno de los dos progenitores). Llama la atención que todos los casos son descritos por los protagonistas con las mismas palabras. Se refieren a la persona amada (y pariente) como “alma gemela” y “la pieza que les faltaba en su vida”. Una vez que se conocen manifiestan que lo que quieren es pasar tiempo con la otra persona. Estar juntos.

A pesar de que estas personas no han desarrollado los vínculos propios de una familia y se han conocido ya como personas libres y adultas, estamos a todas luces ante casos de incesto. El código penal tipifica el incesto como un delito que puede ser castigado con penas de cárcel. Pero me parece importante diferenciar entre el incesto que se produce en el seno de una familia por parte de un adulto a un menor o a otra persona que no consiente y el incesto que se da en el caso de la atracción sexual genética, donde nadie abusa de nadie. Creo que la justicia no debería perseguir a estas parejas que lo único que quieren es estar juntas, no hacen daño a nadie y ya bastante tienen con soportar el rechazo social que genera su situación. La justicia debe velar por la seguridad y el bienestar. Debe librar a la sociedad de asesinos, violadores, estafadores, ladrones, etc. pero me parece que esta situación no tiene nada que ver con la alteración del orden público.

        Ahora bien, que yo opine que estas relaciones no tienen que estar penadas por la ley, no quiere decir que esté de acuerdo con ellas, que me parezcan bien o que sean naturales aunque tampoco digo lo contrario. No sé que es ‘lo correcto’, aún no me he formado una opinión al respecto. Hay gente que ha vivido esta situación y quiere estar con su pariente-pareja como cualquier otra persona que comparte su vida con quien quiere; y piensas ¿quién es nadie para decirle a los demás cómo han de vivir su vida o con quién pueden o no pueden convivir? Pero hay otras personas que también han vivido esta situación y reconocen que enamorarse de su padre, madre, hijo, hija, hermano o hermana no es natural, lo han superado y crean grupos de ayuda y advierten a personas adoptadas que quieren conocer a su familia biológica sobre el fenómeno de la atracción sexual genética para que estén prevenidos y no les ocurra a ellos. El debate está servido.

Para saber más: The forbidden love, Barbara Gonyo.