Una de las noticias de las que más se han hecho eco los medios de comunicación esta semana ha sido la de un juez de Estados Unidos que le dio una paliza a su hija de 16 años por descargarse música. La chica lo grabó con una cámara y lo ha difundido ahora (seis años después). En el video se ve como el padre le da una paliza con un cinturón con el beneplácito de la madre. Esta noticia ha reabierto el debate en EEUU sobre el castigo físico a los niños.
Es obvio que una paliza desproporcionada como la que menciono arriba, produce el rechazo de toda la sociedad y nadie se muestra a favor de “educar” así a los hijos. Ahora bien, cuando de lo que se habla es de la famosa "bofetada a tiempo" la cosa cambia. Según una encuesta del CIS de 2007, el 56% de los españoles se muestra a favor de hacer uso de esta violencia para reprender el comportamiento de los menores.
Una torta a tiempo, que en ocasiones también se la llama “bofetada pedagógica” (lo que me parece lenguaje orwelliano puro y duro), es un cachete, un azote, un zarandeo o algo semejante que se le aplica a un niño esporádicamente para evitar que repita algún mal comportamiento del que ya ha hecho gala.
Los padres y demás personas que están a favor de este proceder, son críticos con las nuevas corrientes políticas y pedagógicas que defienden que no se debe emplear ningún tipo de castigo físico sobre los menores. Argumentan que a ellos, sus padres, les dieron algún que otro tortazo durante su infancia y no por eso se han vuelto maltratadotes, sociópatas o inadaptados y creen que es apropiado actuar del mismo modo con sus hijos para evitar que se descarríen.
Estoy de acuerdo con que el hecho de que un padre dé una torta a un niño no es como para ser portada de todos los periódicos, ni que lo procesen judicialmente ni como para señalarlo con el dedo. Tampoco creo que los niños que en alguna ocasión hayan recibido un cachete vayan a tener ningún tipo de problema psicológico ni social en el futuro por ello. Sin embargo, opino que las tortas y todo tipo de castigo físico son evitables en la educación, tanto en el aula como en el hogar.
Poner límites y normas es básico en educación; y cuando las normas no se cumplen y los límites se sobrepasan, se deben aplicar unas consecuencias. Ahí es cuando puede venir el castigo físico u otro tipo de medidas. Me parece que los padres que eligen el castigo físico, optan por lo "fácil", no tienen otros recursos para educar y están dominados por su impulso. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, el castigo físico, frente a otro tipo de medidas, tiene una serie de efectos negativos. Por ejemplo, con él, se consigue que el menor entienda que lo que hace no es correcto, pero no se le enseña lo que es correcto. Además, daña su autoestima, lo humilla y crea rencor, al tiempo que se está legitimando la violencia como forma de resolución de problemas.
Poner límites y normas es básico en educación; y cuando las normas no se cumplen y los límites se sobrepasan, se deben aplicar unas consecuencias. Ahí es cuando puede venir el castigo físico u otro tipo de medidas. Me parece que los padres que eligen el castigo físico, optan por lo "fácil", no tienen otros recursos para educar y están dominados por su impulso. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, el castigo físico, frente a otro tipo de medidas, tiene una serie de efectos negativos. Por ejemplo, con él, se consigue que el menor entienda que lo que hace no es correcto, pero no se le enseña lo que es correcto. Además, daña su autoestima, lo humilla y crea rencor, al tiempo que se está legitimando la violencia como forma de resolución de problemas.
Concluyendo, el hecho de dar una torta puntualmente a un niño no me parece una cosa gravísima; pero es totalmente innecesaria cuando se cuenta con otros recursos y formación educativa. Así que deberíamos preocuparnos menos por saber si la ley permite o no dar un capón a un niño y más por crear escuelas de padres y por asegurarse de que hay suficiente información disponible y accesible para todos sobre cómo afrontar problemas cotidianos y actuales con los chavales.
Vale yo estoy totalmente a favor de la torta a tiempo y en contra de super nany y esas cosas. Quizas tb asocio el no dar una bofetada con niños q no han tenido ningun limite y tampoco es eso. pero la verdad creo q una buena bofetada enseña mucho! te pongo un jemeplo, tu vas por la calle con tu hijo, tu hijo a su edad, va a haciendo mongoladas del estilo me salgo a la carretera, tu le dices con palabras y pedagogia q no salga, q es peligrosos, q le pueden atropellar, pasando al maltrato psicologico, tus padres seremos unos desgraciados toda la vida si et atropellana, y plin plin plin. Bien el niño al final hace lo q le da la gana ni caso a tus palabras y sale a la carretera. opcion dos le pegas un viaje al niño, se pone a llorar y no se le ocurre volver a acercarse ni siquiera al bordillo. ¿ COn que opcion te quedas supernany?? jajaja
ResponderEliminarUn castigo a tiempo (sea un azote u otro tipo decastgo) siempre es adecuado para modficar una conducta inadecuad. El problema es que mchas veces el castigo viene a destiempo, se castiga y se premia las mismas acciones, etc. Con lo cual muchas veces no sirve de nada. Evidentemente de un azote puntual a un maltrato fisico hay todo un abismo pero con las leyes de protección infantil te pueden denunciar y condenar por un simple azote. Hecho que en ocasiones es perjudicial para los niños/chavales como ha sucedido en algunos casos que han salido por la tele. Que por una bofetada condenaron a una madre y desde entonces esa madre ya no tiene ninguna autoridad para ese niño.
ResponderEliminarMuchas veces nos pasamos con las prohibiciones.
He dicho.
Que los padres aleguen que a ellos les pegaban y eso no les ha convertido en maltratadores, cuando sólo saben contrarrestar las malas acciones de los niños con "una torta a tiempo" me parece, cuanto menos, hipócrita. Eso sí, no les reprendas, que te vienen con el "A ver si no voy a saber yo educar a mis hijos...". Y así nos va...
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