Estos días el debate sobre la educación está en boca de todos por los recortes en el presupuesto que están haciendo algunas Comunidades Autónomas. Madrid, sin ir mas lejos, despide a más de tres mil profesores interinos así que, todos han echado mano de la calculadora para hacer la cuenta del ratio profesor/alumnos que queda y todos hablan de lo que puede suponer esto en la calidad de la enseñanza. El asunto no es baladí ni mucho menos, pero seguimos olvidándonos del currículo. También creo que deberíamos preguntarnos qué contenidos se están enseñando en las escuelas e institutos y, sobre todo, qué contenidos se están quedando fuera en detrimento de aquellos considerados más "importantes". Toda esta perorata viene a santo de que la historia que os cuento hoy en el blog me parece un delito que no se enseñe en las aulas (sobre todo en las de Cantabria).
Quien más, quien menos conoce el embalse del Ebro, sabe que está ahí, por Campoo, que ocupa una gran superficie, que abastece de agua en épocas de sequía… y poco más. Cuando lo cierto es que el embalse del Ebro esconde bajo sus aguas una historia conmovedora e interesante. Esta historia está contada por algunos de sus protagonistas y por historiadores en un reportaje llamado donde aprendiste a vivir, que os recomiendo ver.
El proyecto del pantano del Ebro comenzó a esbozarse en 1913 de la mano de un ingeniero llamado Manuel Lorenzo Pardo y el objetivo de esta empresa era solucionar el problema de sequía en los meses estivales en las provincias de Navarra, Aragón, La Rioja y Cataluña. Por la gran extensión que habría de ocupar el pantano, exigía la desaparición de tres pueblos completos (La Magdalena, Quintanilla y Medianedo) que quedaron enterrados bajo las aguas. Había cierta prosperidad en esta zona porque ahí estaba ubicada la fábrica Cristalería Española, a la cual iban a trabajar muchas gentes de los alrededores y la tierra era muy fértil para el cultivo.
Pero un buen día, les dicen a los habitantes de estos pueblos que los van a expropiar porque todo lo que conocen va a estar cubierto de agua. Muchas personas emigraron a Bilbao, Avilés o Santander, otras desmontaron sus casas piedra a piedra y las reconstruyeron piedra a piedra en poblaciones cercanas y otras tantas personas decidieron quedarse en sus casas porque pensaban que si se quedaban ahí, nadie se atrevería a empezar a echar el agua. Pero la orden de cerrar las presas llegó, se ejecutó y la gente abandonó sus hogares con el agua por las rodillas; y así, poco a poco, el agua lo fue cubriendo todo: las casas, los campos, iglesias, la fábrica, molinos, el cementerio… El cementerio; estas personas también tuvieron que dejar atrás a sus seres queridos difuntos, ya no tenían un sitio para llevar flores u honrar su recuerdo; además, con el arrastre del agua, los restos de los cadáveres salieron a flote.
El dinero que se llevaron las familias por la expropiación fue determinado en 1928 pero no lo empezaron a cobrar hasta 20 años más tarde, en 1948 con la devaluación del valor del dinero que hubo en ese tiempo y, además, lo cobraron a plazos.
El trabajo y las presas fueron realizados por presos políticos que vivían en barracones (soportando el duro invierno de Campoo). La obra fue inaugurada por Franco en 1952. En su discurso utilizó la metáfora de identificar el agua con el oro y profetizó sobre la prosperidad que traería el gran embalase a España. Ahora bien, calculo que no especificase en quién iba a recaer esa prosperidad. El pantano es para abastecer a Navarra, La Rioja, Aragón y Cataluña, eso está claro. El proyecto trajo consigo ciertas promesas para Cantabria como el ferrocarril que uniría esta Comunidad con La Robla, que nunca existió o un viaducto que se desplomó antes de que llegara a estar terminado.
Lo que certeramente ha traído el pantano a la comarca donde está ubicado ha sido una modificación del clima (ahora se forman más nieblas y tormentas) y un cambio en la fauna y flora.
No estoy diciendo que el pantano no se debería haber hecho porque, a fin de cuentas, si el bien que conlleva para otros lugares es mayor que el perjuicio de su construcción, adelante, pero no hay que olvidar que mucha gente se vio obligada a dejar su casa, su pueblo, su vida, sus recuerdos y que esta gente merecía otro trato más digno. Una compensación, un reconocimiento, un apoyo y, sobre todo, un recuerdo.
No estoy diciendo que el pantano no se debería haber hecho porque, a fin de cuentas, si el bien que conlleva para otros lugares es mayor que el perjuicio de su construcción, adelante, pero no hay que olvidar que mucha gente se vio obligada a dejar su casa, su pueblo, su vida, sus recuerdos y que esta gente merecía otro trato más digno. Una compensación, un reconocimiento, un apoyo y, sobre todo, un recuerdo.
Muy interesante, si señorita. Y donde has visto el documental? me das el enlace?.
ResponderEliminarHe dicho.
carol, me encanta tu emetivo recuerdo,
ResponderEliminarpero lo más trágico, después de tantos años de gobierno de derechas en cantabria... (y lamentablemente otros pocos ahora...)
no fue hasta 2003, cuando un gobierno socialista en cantabria pensó y trabajó para que el pantano por fin abasteciera también a cantabria conectándolo con la autovía del agua.
He puesto el enlace, solo tienes que pinchar en el título "donde aprendiste a vivir" (segundo párrafo)
ResponderEliminarMuy interesante, vere el reportaje ese a ver q cuentan
ResponderEliminarEs maravilloso, toro se lo dige yo a mi parre que le voy a llevar a verlo.dos
ResponderEliminarSabes que? Que mi bisabuela vivia en ese pueblo y que fue de las que se quedo hasta el final.
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