viernes, 16 de diciembre de 2011

Navidad

   Odio la Navidad. Los villancicos, los árboles, los belenes, las luces, los adornos, las cenas, las comidas, el mazapán, a Papá Noel y a los Reyes Magos, los anuncios de colonias, las uvas, las felicitaciones, las postales y la lotería. Creo que no se me olvida nada, pero si se me olvida algo: también lo odio.

   ¿Por qué tanta animadversión por la Navidad? Os estaréis preguntando. Bien. Para empezar, he de decir que yo no soy creyente de la religión cristiana, por lo tanto, no son mis fiestas, yo no tengo nada que celebrar; porque, por si a alguien se le ha olvidado (y yo diría que a más de uno parece que sí) en la Navidad se conmemora y se celebra el nacimiento de Jesucristo. El hecho de considerar que estás fiestas no tienen nada que ver conmigo puede explicar el desapego que tengo por la Navidad aunque no el profundo odio que la tengo. A eso puede contribuir más el hecho de que se empiecen a celebrar un mes antes de cuando realmente son. También el hecho de que se hayan convertido en una apología al consumismo sinsentido donde la gente empachada de tanto cordero, borracha de tanto champán y desubicada de tanta compra en centros comerciales abarrotados no sabe ni lo que está celebrando ni lo que está dejando de celebrar. O puede que sea un odio irracional provocado por algún trauma de la infancia que mi subconsciente me impide recordar como que Baltasar no me trajera el regalo que yo quería o como que me atragantara con un langostino en la cena de Nochebuena, quién sabe.

    A lo mejor, alguien que está leyendo esto está pensando: “ya, pero seguro que sí te gustan los regalos”. ¡Error! También odio los regalos. De hecho, creo que se merecen una mención especial.

    Dejando al margen los de los niños, lo de los regalos no lo entiendo. La mayoría (por no decir todos) se compran por compromiso. La gente se exprime el cerebro a ver si un poco de materia gris les da una idea de qué regalar para luego comprar cualquier cosa o lo mismo de siempre sin importar mucho que la otra persona realmente necesite o le guste lo adquirido. No nos engañemos, se compra lo que sea para rellenar el expediente y listo. Una vez entregados los regalos, lo que pasa la mayoría de las veces es que no es de su talla / no le gusta / ya lo tiene / no lo necesita para nada / ¡Joder otro pijama de abuelo! Y se quedará almacenando polvo en algún rincón de la casa en el peor de los casos y se reutilizará como regalo para otra persona, en el mejor. Yo no entiendo porqué la gente no hace regalos a los demás cuando realmente les apetece y quieren regalar algo que les ha llamado la atención y creen que a la otra persona le va a gustar en vez de sentirse obligados a hacer un montón de regalos un día en concreto que serán inservibles y gastándose un dinero que se pueden gastar en ellos mismos en algo que realmente les haga falta o en algo que vayan a disfrutar. 

   Creo que metiéndome con la Navidad no voy a hacer muchos amigos, en cualquier caso: ¡Feliz…   invierno!

8 comentarios:

  1. Eres demasiado racidal, si un trauma debes de tener o algo.

    He dicho.

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  2. joder es muy radical, la navidad mola, yo ya puse el arbol!! pero no me parece del todo mal tu postura. Digo del todo, no por el odio, si no por lo de no tener nada q celebrar si no crees en ello y es algo q no hace mucha gente x no decir 4 gatos (incluyendote a ti en ellos entonces). Es decir, si tu no crees no celebras, pero no criticas la religion y demas pero luego eres el primero q saca la vajilla buena para comer el dia 25 o engalana la casa con adornos de todo tipo muy navideños y luego exige fiestas en semana santa y demas. con esto digo q tu opcion u opinion aunque extrema me parece coherente y creo q seras de las pocas personas q pensando lo mismo q tu respecto a la religion son los primeros q celebran estas fiestas y las demas por todo lo alto. Asi q eso q me parece muy bien, pero moderate un poco y comprate algo!! jajaja

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  3. A mi me encanta!!!!! Turron, mazapan, villancicos, frio, nieve,... ojalá el espiritu durara un año

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  4. Es mu fuerte lo que has dicho, como se entere la Luchi que el año pasado te puso las gotitas tiernas y ar Nico los productos y toro, pos va a llorar la niña y este año ibal no te pone regalo, estuvo trabajando a tope de paje la niña.Nonimos

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  5. Por cierto. Que sepas que las celebraciones religiosas las hicieron cohincidir en el calendario con fiestas celtas y paganas, por ejemplo el nacimiento de Jesus, osea la natividad, que ahora celebramos Navidad en realidad creo que fue por Mayo o así pero lo cambiaron a Diciembre por el equinocio de invierno. Como la Semana Santa con el cambio a primavera.
    Todo depende de como hagas la celebración navideña, porque el Santa Claus, San Nicolas, Olentxero o elementos varios poco tienen que ver con la religión.
    Yo tuve una vez unos padres y sus respectivos hijos muy misticos ellos que celebraban el equinocio de invierno con una parafernalia propia que alucinas.

    Ale. Ya no te cuento más.

    He dicho.

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  6. A PARTIR DE AHORA A CELEBRAR TODOS EL ESTERU Y QUE NO SE DIGA!!!!!


    En Cantabria está el Esteru, un leñador que deja en las casas obsequios el día de Navidad.
    En el País Vasco y Navarra, el Olentzero, un carbonero bonachón que baja de los montes con un saco lleno de regalos.
    En Cataluña el Tió de Nadal, es una de las más curiosas figuras navideñas. En esencia es un gran tronco que se coloca en la casa, dándole 'de comer' a partir del 8 de diciembre. Llegada la Navidad antaño se le prendía fuego y ahora sólo se le da golpes, para obligarle a defecar pequeños regalos y chucherías.
    En Galicia se recupera recientemente la figura del Apalpador.
    En AméricaEn América Latina es frecuente en varios países el Niñito Dios, Niño Jesús (o "El niño Dios") que visita las casas en Nochebuena y deja regalos a los pequeños bajo el árbol navideño o al pie de la cama.

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  7. Dejando a un lado el tema religioso (en el cual estoy 100% de acuerdo pues al igual que tú: no me siento cristiano) creo que estas fechas también tienen cosas buenas. Todo depende del cristal con que se mire.

    Por ejemplo, muchas veces durante estas fechas vuelves a ver a gente que hace tiempo que no ves porque estudian o trabajan fuera y vuelven aquí (como el turrón) para las cenas con la familia.

    Luego, las propias cenas familiares. En mi caso por ejemplo, las disfruto, me lo paso bien (con mi familia, no porque sea Navidad) y no me da ninguna vergüenza decirlo. A pesar de ello, no voy a todas. Lo absurdo es la cantidad de gente que se queja todos los años de las cenas pero luego no dejan de ir. Yo lo veo muy fácil, si no te gusta, no vayas. Lo que pasa es que decir que no te gusta queda guay (que no digo que sea tu caso, ojo).

    Y respecto al tema de los regalos. Recuerdo las Navidades de hace un par de años, tenía unos 15€ o así, y me dió el punto y fui recorriendo los Todo a 100 de todo Santander para comprar "regalos" a mis amigos. Compré todo tipo de estupideces: desde unos calzoncillos de flores de lo más hortera, hasta el gato chino que mueve el brazo y no se si ni siquiera me llegué a gastar los 15€ enteros. Después, llamé por teléfono a todos y quedamos en un bar y les dí la "sorpresa". Puede que sea una estupidez, pero, lo que nos divertimos después no tiene precio.

    En fin, que como decía al principio, yo creo que todo depende de como lo mires. Desde luego, si quieres tomártelo en serio tendrás los dos extremos: el pro y el anti (navideño). Pero si dejas un poco a un lado todo ese rollo y aprovechas la facilidad que dan estos días para disfrutar con los de siempre creo que tampoco está tan mal.

    Un besote Carol!

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  8. Veo que el año q ha pasado, no t ha hecho cambiar d idea sobre stas fiestas. Pasalo muy bien, no comas mucho y si ves a papa noel q se pase x mi casa q hacr años q no viene y luego los reyes se me atarean

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