El suicidio es contagioso. Dicen que se
producen más suicidios a raíz de una noticia sobre un suicidio; y a este
fenómeno se le conoce como efecto Werther.
El nombre proviene de la novela “las
desventuras del joven Werther” escrita por Goethe en 1774. Werther es el
protagonista de una historia de desamor que le lleva al suicidio. Muchos
lectores de la época lo imitaron, vistiéndose con la misma ropa que el
protagonista de la novela, colocándose ante un escritorio con un libro abierto
y quitándose la vida con un arma de fuego. Por este motivo, el libro fue
prohibido en Alemania, Dinamarca e Italia.
Doscientos años más tarde, el
sociólogo David Phillips acuñó el término que designa este efecto tras realizar
un estudio con el que concluyó que el número de suicidios en EEUU era más
elevado en los meses posteriores a las publicaciones de New York Times que hablaban
de algún suicidio en portada.
También cabe destacar el aumento de
suicidios que siguieron a los de Marilyn Monroe y Kurt Cobain.
Al otro lado del Atlántico,
concretamente en Viena, también se produjo un gran aumento del número de
suicidios en 1978, tras la puesta en marcha del metro de la ciudad (adivinad el
método elegido por los suicidas).
Estos sucesos dieron la voz de alarma
sobre cómo tratar este tipo de noticias en los medios de comunicación y existen
una serie de pautas que los periodistas siguen para evitar este efecto
contagio. Entre ellas, está evitar dar datos personales que despierten
compasión, no ofrecer una explicación simplista de las causas, no idealizar el
suicidio, no hacer ver que es una solución y no mencionar la palabra en el
titular sino explicar la causa de la muerte en el cuerpo de la noticia.
Cuirioso, también dicen lo mismo con los casos de malos tratos cuando salen en la tele.
ResponderEliminarY de las microexpresiones no vas a hablar??
He dicho.