Ayer estaba leyendo un libro en el que a una niña
se le movía un diente y comentaba que lo pondría debajo de la almohada para que
el Ratoncito Pérez lo recogiera y le dejara un regalo a cambio. Esta escena es
totalmente familiar para nosotros porque la tradición del Ratoncito Pérez está
muy asentada; sin embargo, me invitó a pensar sobre los orígenes de la misma.
¿Qué puede dar lugar a crear esta sencilla historia sobre un ratón que recoge
los dientes de leche y deja un regalo a cambio? Porque, de hecho, esto es sobre
lo único que hay consenso, la fantasía no va más allá. No nos explica qué hace
el señor Pérez con los dientes ni si tiene familia o a qué dedica el tiempo
libre. El Sherlock Holmes que vive en
mí se ha puesto manos a la obra con el propósito de conocer cuáles son los
orígenes de esta tradición.
En primer lugar, cabe
destacar que esta práctica está muy extendida por todo el mundo. La historia
del Ratoncito Pérez tal y como la conocemos en España (obviando las variantes
autonómicas) es compartida también en los países latinoamericanos, en Francia (la petite souris) y en Italia (topolino). En los países anglosajones,
el ritual es el mismo, solo que la encargada de la tarea es el hada de los
dientes (tooth fairy). En algunos
países asiáticos, los niños lanzan el diente hacia arriba (si era de la
mandíbula inferior) o hacia abajo (si era de la superior) formulando la
petición de que sus nuevos dientes sean de ratón, ya que según la tradición, los
dientes de ratón crecen durante toda la vida.
En España, el primer documento escrito
en el que aparece el Ratón Pérez data de 1902. Se trata de un cuento escrito
por el gaditano Luís Coloma, jesuita, consejero espiritual de la casa real y
académico de la lengua. El autor escribió un cuento para el rey Alfonso XIII a
quien se le había caído un diente de leche. El cuento está protagonizado por el
rey Buby y el Ratón Pérez que, según la historia, vive en una caja de galletas
en una famosa confitería de Madrid situada a pocos metros del palacio real. El
ratón, a través de las cañerías, llegaba a las habitaciones de los niños y
recogía los dientes.
En el lugar donde Luís Coloma ubica la
casa del Ratoncito Pérez (calle el Arenal nº8 en Madrid), existe la casa museo
del Ratón Pérez que enseña a los niños que lo visitan más detalles sobre la
vida del señor Pérez y otros ratones famosos, ilustraciones, curiosidades y
dientes de leche de celebridades. A esta dirección, los niños también pueden
enviarle sus propios dientes.
Fijate tu, aunque me has creado la duda sobre q hace el raton con los dientes y no me lo has aclarado. Termino la lectura de esta entrada mas confuso de lo q la empece!! me siento defraudado por hoy!
ResponderEliminarCurioso. Nunca te acostarás sin saber una cosa más.
ResponderEliminarHe dicho.