viernes, 9 de septiembre de 2016

Tres juegos más

    Ya sabéis que una de mis aficiones es los juegos de mesa; en alguna entrada anterior ya presenté algunos de los que más me gustan. Desde entonces he tenido oportunidad de conocer algunos juegos nuevos con los que también he disfrutado mucho y que paso a reseñar.

Toma 6
    Es un juego de cartas muy sencillo y rápido de dos a diez jugadores; personalmente, me gusta más con cuantos más jugadores haya pero es cierto que debemos cambiar la estrategia de juego en base al número de participantes.

    Tenemos cartas numeradas del 1 al 104. Todos los jugadores reciben diez cartas al inicio. Simplemente, se trata de ir echando una carta por ronda, las cuales se deben ir colocando en fila en la mesa según ciertos criterios. Cuando una fila alcanza seis cartas, el jugador que puso la última se la lleva y suma los puntos que había en dicha fila. El jugador que llegue a 66 puntos, pierde.

    Este juego me lo regalaron y la verdad es que viéndolo pensé que era bastante chorrada y estuve a punto de ponerlo a la venta en ebay. Pero al final lo probé y me gustó.

    Como decía antes, es muy rápido porque juegan todos a la vez, las rondas duran poco y se pueden echar varias partidas seguidas. Para no caer en la rutina, hay una edición especial con cartas de números decimales que se pueden incluir para darle otra vuelta de tuerca. También se pueden hacer variaciones de juego con pequeñas modificaciones; por ejemplo, jugar con todo el mazo versus jugar solo con el número de cartas exacto según el número de jugadores o pasar una carta a la derecha en cada ronda.



El espía (que se perdió)
    La diversión que genera este juego es inversamente proporcional a lo sencillo que es.

    Consiste en lo siguiente: tenemos una serie de localizaciones: playa, taller, zoo, carnavales, crucero… así hasta treinta y cinco. Al azar, y sin que nadie mire, se elige una localización (representadas con cartas). Todos los jugadores reciben una carta de la misma localización excepto uno, que es el espía que se perdió. De modo que todo el mundo sabe dónde está, por ejemplo, en el zoo, mientras que una persona no tiene ni idea de dónde está y su misión es, lógicamente, averiguarlo. ¿Cómo lo hace? Simple y llanamente, preguntando.

    La gracia está en que cada uno solo sabe su propio rol, es decir, tú solo sabes dónde estás tú o si tú eres el espía pero no sabes respecto a los demás. Entonces, todo el mundo tiene que preguntar. El espía para saber dónde están los demás, y los demás para averiguar quién es el espía.

    Se puede preguntar y responder lo que se quiera, siempre que sea verdad; y aquí entra la sutilidad y la estrategia. Si preguntas / respondes algo muy obvio se va a saber tu rol enseguida, por lo tanto, hay que pensar en preguntas y respuestas que den la suficiente información sin llegar a revelar nada definitivo.

    Es de tres a ocho jugadores aunque temo que con menos de cinco no tenga mucha gracia. Las partidas son rápidas porque hay que poner un crono. Se marcan entre diez y quince minutos según el número de participantes y pasado ese tiempo se acaba el juego.

    Es una buena opción para ocasiones en las que no dispongamos de mucho espacio ya que no requiere nada, ni si quiera es necesario estar en torno a una mesa o en círculo. Si estáis tirados en una habitación, cada uno en una punta, también se puede jugar; o ahora que estamos en verano, se puede llevar a la playa o piscina. También lo recomiendo para gente que no sea muy aficionada a los juegos o que se esté iniciando: nadie se aburrirá con largas explicaciones ya que no las habrá. Asimismo, creo que es una propuesta interesante para una clase de idiomas con adolescentes / adultos; una forma divertida de poner en práctica cómo hacer preguntas.



The Resistance: Avalon
    Y por último, aunque no por eso menos divertido, Avalon. Otro juego para grupos medianos / grandes y de identidades ocultas.

    Los caballeros de Arturo tienen que salir a hacer unas misiones pero no saben que entre ellos hay infiltrados esbirros de Mordred con el único objetivo de reventar dichas misiones. Aterrizando, esto se lleva a cabo de la siguiente forma: en cada ronda, un jugador es el encargado de elegir a las personas que van a cada misión. Depende el momento del juego y del número de participantes, debe elegir a 2, 3 o 4 personas. Las elige según su propio criterio y voluntad. Una vez elegidas, todos los jugadores votan para decidir si están de acuerdo con que ese grupo vaya a la misión o no. Si el resultado de la votación es favorable, se ejecuta la misión; en caso contrario, el jugador siguiente elegirá un nuevo grupo. Las personas que van a la misión deciden secretamente si la quieren hacer correctamente o sabotearla. De este modo, tenemos una serie de rondas con votaciones y misiones fracasadas o exitosas. Con toda esta información debemos ir deduciendo quiénes son los buenos y los malos.

    No os recomiendo jugar a este juego el último de la sesión, sino todo lo contrario, hay que estar bien despierto y atento; tened en cuenta que hay que ir registrado en la mente cada ronda: vale, si tú ahora votas en contra porque él va a la misión es porque tú eres esbirro ya que la misión anterior fracasó. Entonces Menganita que está votando lo mismo que tú toda la partida, será de tu grupo. En resumen, que no hay que perder ripia de lo que hacen los demás.

    Por supuesto, vale tirarse faroles, hacer falsas acusaciones y mentir descaradamente, todos esos alicientes que hacen un juego mucho más entretenido.


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