Sabía que hacía mucho que no
escribía de política en el blog, pero no cuánto exactamente. Casi dos años,
compruebo. La última entrada etiquetada con “política” es del 8 de junio de
2013. Y es que dejé de leer los periódicos, sesgados y mercenarios. Dejé de ver
el telediario, manipulador y deprimente. El panorama era gris tirando a negro,
y para evitar la frustración y lo que es peor, la apatía, estuve practicando el
noble arte que entraña la técnica del avestruz. Pero ahora estamos en periodo
electoral y me apetece volver a escribir algo relacionado con este tema.
Como os digo, estamos en campaña
electoral, campaña en la que estoy bastante involucrada y campaña que se
diferencia de todas las anteriores en las que haya podido participar en un
punto importante. Ya no estoy apoyando a gente que solo conozco de verla por la
tele o en fotos de la prensa. No. Ahora estoy haciendo campaña por MIS
COMPAÑEROS.
Compañeros con los que he vivido y
compartido congresos, comités, asambleas, campañas, mítines, consejos
políticos, manifestaciones, jornadas… pero también cenas, fiestas, viajes y muy
buenos momentos. Por eso, porque os conozco, quiero desde aquí, poner en valor
vuestra osadía. No estoy hablando solo de los tres compañeros que se presentan
para alcaldías y cuyas fotografías ilustran este post. Me refiero también a los
que vais algo por detrás en las listas para convertiros en concejales o
diputados.
El prestigio de los políticos está
por los suelos. Tenemos que escuchar que todos se presentan para llevárselo
crudo y repartir entre los amigos. Aun así, vosotros demostráis que los tenéis
bien puestos. Aunque pinten bastos, sois capaces de dar un paso adelante,
decididos, dispuestos a quitaros la losa de encima y todo con el único objetivo
de poder desarrollar vuestros proyectos e ideas para mejorar vuestros
municipios y ayudar a vuestros vecinos.
En tanto que ediles, sé que la
mayoría de vosotros no cobraréis por desarrollar vuestra labor. Yo he sido
testigo de cómo dedicáis vuestro tiempo y vuestros propios recursos simplemente
por ideales. Solo queréis que os den la oportunidad de poder hacer las cosas a
vuestra manera. Una manera más limpia y más justa. Una manera que aboga por la
igualdad. Igualdad entre hombres y mujeres; entre los que menos tienen y los
que más; entre los que son de fuera y los que son de aquí; entre los que
nacieron con alguna discapacidad y los que no. Hay que ser muy noble y muy
valiente para meterse en el fango que es la política hoy en día y abanderar
esta causa. Yo no sería capaz, por eso me resulta tan fácil reconocer vuestro
mérito y no me cabe más que apoyaros en la medida de mis posibilidades.
No os lo he dicho en persona, pero aprovecho
esta ocasión para daros las gracias. Gracias por vuestro inconformismo, por
vuestra valentía, por vuestro trabajo. Gracias por contagiarme de vuestra
ilusión y optimismo. Gracias por luchar, por creer que las cosas pueden
mejorar, por no caer en la indiferencia. Gracias por dejarme formar parte de
ello.
Por último, solo me queda desearos
la mayor de la suerte el próximo domingo. Ojalá pudiera empadronarme en todos
vuestros municipios para poder votaros a todos, sería un orgullo. Mario, Pablo,
Pedro, espero veros de alcaldes muy pronto. Víctor, Julio, Estela, Kevin, Jon,
Fernando, Chuchi, Fran, Alberto…, espero que seáis todos concejales o diputados
el mes que viene; y como se decía en una campaña de hace unos años: que el
tiempo no os cambie.
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