viernes, 3 de abril de 2015

Abderrazak Mounib y Ahmed Tommouhi


Cataluña 1991. Se dan una serie de violaciones y agresiones en Barcelona y Tarragona. Las víctimas describen a dos hombres con aspecto de norteafricanos, que hablan español pero entre ellos otro idioma, presumiblemente árabe.

En su investigación, la policía detiene a algunos hombres marroquíes que pernoctan en una pensión de Terrasa, uno de ellos es Ahmed Tommouhi. Lo hacen participar en una rueda de reconocimiento donde es señalado por varias de las víctimas y queda arrestado.

Abderrazak Mounib está fichado por la policía por una falta de exhibicionismo ya prescrita y algunas víctimas le reconocen como agresor al consultar el fichero policial, lo arrestan.

Hasta aquí todo puede parecer un procedimiento rutinario. A partir de aquí, empieza el sinsentido y la pesadilla para estos dos inmigrantes.

Ellos dos se declaran inocentes en todo momento, no reconocen el material utilizado para amenazar y golpear a las víctimas, no poseen el coche que las víctimas identificaron como perteneciente a los agresores, de hecho, Tommouhi no sabe conducir. Uno de ellos padece hidrocele testicular, lo cual significa que tiene un testículo anormalmente grande, lo que impide la penetración sin la colaboración de la víctima; además, es algo que podrían haber apuntado en la declaración para identificar al culpable, pero no ocurre. Otro dato importante es que estos dos sujetos no se conocen entre ellos, algo que la guardia civil se encarga de investigar y para lo que hacen un informe ex profeso. Nadie se va con un desconocido a violar a chicas ni a dar palizas a sus novios. Por si esto fuera poco, existen restos de semen de uno de los casos cuyo ADN no coincidió con ninguno de los dos acusados. Prueba que no tuvo peso en el juicio porque los técnicos que la realizaron no se presentaron a testificar.

Resultado de todo esto: ambos son hallados culpables de robo, violación, detención ilegal, coacciones y lesiones con condenas de más de 150 años per cápita. La única prueba es que algunas víctimas les señalaron como los responsables. A este respecto, cabe mencionar que la rueda de conocimiento no estuvo exenta de negligencias dado que los denunciantes pudieron ver a Tommouhi esposado por las dependencias antes de la rueda de reconocimiento; y una víctima señaló que su agresor era Mounib “pero sin bigote”. Ella había sido agredida dos días antes y el acusado tenía un mostacho prominente, espeso y largo que no crece en 48 horas.

Pierden la apelación, el Tribunal Supremo ratifica sus condenas y ambos van a prisión; pasan los años y nos vamos hasta 1995 cuando se vuelven a dar el mismo tipo de agresiones y violaciones. La policía investiga y en esta ocasión detiene a un hombre llamado Antonio García Carbonell.

Las nuevas víctimas siguen señalando a los marroquíes como culpables a pesar de que es imposible que sean ellos ya que están en prisión. García Carbonell es gitano y habla caló, lo que las víctimas podrían haber interpretado cómo árabe. Salta a la vista el gran parecido físico entre García Carbonell y Tommouhi. Se contrasta la prueba de ADN que se recogió en 1991 y, efectivamente es coincidente con el nuevo detenido.

Ahmed Tommouhi y Antonio García Carbonell

Con todo esto, les declaran inocentes de este caso concreto en el que existe la prueba de ADN, pero no respecto al resto de casos, por los que siguen acumulando condenas de más de cien años.

A la luz de todo lo sucedido, parece muy claro que existen dudas más que razonables sobre la culpabilidad de estos hombres, por lo que la fiscalía pide el indulto.

Los acusados no quieren el indulto porque es una forma de reconocer su culpabilidad, ellos quieren la absolución. Ellos aún creen en la justicia y, sabiéndose inocentes, confían en que todo acabará por solucionarse y esclarecerse.

En cualquier caso, la petición de indulto sigue su largo y lento curso de despacho en despacho llegando hasta el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo mientras los años siguen pasando y ellos siguen privados de libertad.

Ya estamos en el año 2000. Abderrazak Mounib muere de un infarto en su celda en la prisión en Can Brians. Ahmed Tommouhi sigue en la cárcel, la petición de indulto está atascada en un silencio administrativo y acaba por ser denegada en 2008. Él ya lleva dos años en libertad condicional, de esta forma es como acaba de cumplir la condena en 2009.

A ojos de la justicia, ambos siguen siendo culpables. Nadie ha reparado el error, nadie ha asumido responsabilidades.

Cuando Tommouhi fue detenido en 1991 tenía 40 años, tenía los papeles en regla y trabajo. Las últimas noticias que he encontrado de él son de 2010, vivía con su hijo en Cataluña, no tenía trabajo ni los papeles en regla. Se sentía avergonzado para volver a su ciudad natal en Marruecos, donde residían su mujer y su hija mayor a las que no veía desde que empezó la pesadilla. Mounib no vivió para contarlo, tenía mujer e hijos.

Si creéis que la historia ya es suficientemente rocambolesca, esperad, porque el esperpento continua.

Antonio García Carbonell nunca delató a su cómplice, es decir que hay un culpable que nunca ha pagado. Los delitos por los que cumplieron condena los marroquíes nunca se le han atribuido posteriormente a García Carbonell, cuando todo apunta a que podría ser él el verdadero culpable y con ello, su condena se vería incrementada.

García Carbonell salió en libertad en el año 2013. Fue el primer preso no terrorista en quedar en libertad gracias a la eliminación de la doctrina Parot. Su abogado dijo que con 78 años “ya no era un peligro”. Pasó en la cárcel 18 años de los 207 a los que había sido condenado. De no habérsele aplicado la derogación de la doctrina Parot, habría quedado libre en 2025 en lugar de en 2013.

Hace dos meses (enero 2015) se le arrestó sospechoso de la muerte de una anciana sucedida en febrero de 2014.

Si quieres saber más de esta historia, puedes ver los documentales “el quinto por la izquierda” y “la justicia de las serpientes”. Braulio García Jaén escribió un libro titulado “Justicia poética” y tiene un blog donde contó su trabajo (la doble hélice  wordpress).


1 comentario:

  1. Lo lamentable es que casos como este seguro que hay más... Y la justicia estando como está solo es justicia de ricos.
    He dicho.

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