Muy Deficiente

Tengo que reconocer que lo mío con Muy Deficiente fue un flechazo. Permitidme que os cuente cómo sucedió.

Corría el 11 de abril de 2009, era sábado y estábamos en busca de algún plan. El amigo de un amigo actuaba en un pub en Selaya y después de este, tocaba otro grupo y alguien conocía a uno de sus integrantes… En fin, cualquier excusa es buena para ir a un concierto. Hicimos algunas llamadas a ver quién se apuntaba pero como fue un “aquí te pillo, aquí te mato” al final, solo me fui con dos acompañantes hasta tierras pasiegas. Antes de entrar al local, ya se oía música desde la calle, tenían el disco de Muy Deficiente puesto (aunque yo eso aún no lo sabía) y la música me produjo esa sensación (que seguro todos habréis tenido en algún momento con canciones que os gustan) que te motiva, que te lleva a pensar “vamos a pasárnoslo bien”.

Si el disco ya prometía, en el directo se superaron. Me encantó desde el minuto uno. Y no solo fue por la música, un rock urbano fresco, joven (que hizo que se convirtieran en uno de mis grupos favoritos desde aquel momento) sino por el ambiente que creaban sus miembros. El colegueo que tenían en el escenario, las bromas con el público, el buen rollo…

Fui a muchos de los conciertos que vinieron después, varios en Santander, Colindres, Potes, por supuesto Prezanes… Al principio, nos limitábamos a disfrutar con sus actuaciones pero, poco a poco, fuimos conociendo a los integrantes personalmente y mis sospechas se vieron confirmadas: eran incluso mejores personas que músicos.

        El año 2010 comenzó con una mala noticia que me dieron pocos minutos después de haber comido la duodécima uva (metafóricamente, porque nunca he comido las uvas de nochevieja): el cantante del grupo había decidido desembarcar. Afortunadamente, sus motivos fueron personales y no fue una decisión fruto de que la relación con sus compañeros se hubiera deteriorado. Así que, lo único que nos quedaba a los seguidores era aceptar su decisión y guardar en la memoria los buenos momentos que nos había dado cuando estaba sobre los escenarios y después de terminar los conciertos. Y al resto de la formación, lo que le quedaba era superar el revés y ponerse a buscar un nuevo cantante.

       La noticia de que habían encontrado al quinto miembro, llegó unos meses después, lo habían publicado en su página Web y a mí me lo comentó alguien que lo había visto. Cuando me dijeron quién era, me alegré. Me alegré porque ya lo conocía (era amigo del grupo y había cantado ya en alguna ocasión con ellos) y sabía que era como los demás: un tío genial. No se sabía muy bien cómo encajaría su voz con el estilo del grupo, ni si el cambio sería muy drástico pero a mí eso no me importaba mucho, valoraba más que fuera alguien que mantuviera el buen ambiente antes que fuera LA VOZ pero una persona que no mereciera la pena. En cualquier caso, las dudas se despejaron después de que el grupo estuviera unos meses en la sombra engrasando la nueva maquinaria. La puesta de largo tuvo lugar en Reinosa en junio del año pasado. En lo que a mí respecta, no puedo decir que el grupo fuera mejor o peor con el cambio; había algo diferente, pero para mí era el mismo grupo, con las mismas señas de identidad, la misma música que ya me encantaba y el mismo buen ambiente.

        Haciendo alusión al nombre de este blog, ahora el grupo ha caído en una casilla de tobogán. No está en sus mejores momentos. No sé si se ha separado, acabado, partido en dos… No sé qué les ha pasado, ni maldita la falta que me hace saberlo. Lo único que sé es que cuando se apagan los focos, los instrumentos enmudecen y se acaba la música, quedan las personas. Y como he dicho antes, los seis (porque Muy Deficiente para mí, a día de hoy, sois seis) valéis más como personas que como músicos, así que yo os seguiré apoyando hasta el infinito y más allá aunque cada uno de vosotros acabe tocando en un grupo distinto o aunque decidáis desterrar la música de vuestras vidas.

        Este post va por vosotros, por los buenos conciertos y los mejores postconciertos. Seis abrazos.