viernes, 4 de noviembre de 2016

Taj Mahal


El Taj Mahal no necesita presentación. Siempre me ha llamado la atención este mausoleo, me parece espectacular. Hace aproximadamente un año, busqué información sobre él y vi algún que otro documental. Quizá, si en ese momento hubiera estado con el chip del blog puesto, habría escrito esta entrada entonces, pero bueno, el caso es que lo tengo puesto ahora, y escribo sobre ello ahora.

Creo recordar que lo que me llevó a indagar un poco sobre este monumental monumento fue confirmar o desmentir la creencia popular de que existía el proyecto de construir otro igual junto al ya existente en negro. Pero vamos a aclarar un poco todo, empecemos, como diría Manolito Gafotas, por el principio de los tiempos.

El Taj Mahal está situado en Agra (India) es un complejo de varios edificios, el más emblemático es un mausoleo donde descansan los restos de Mumtaz Mahal y Shah Jahan; y está arropado por una mezquita y un jawab (casa de invitados u hostal); además de por bellos jardines, estanques palaciegos, altos minaretes…

Todo esto comenzó a construirse en 1631 por orden de Shah Jahan, quinto emperador mongol, cuando su tercera esposa, la anteriormente citada Mumtaz Mahal, que era su favorita y de la que estaba locamente enamorado, falleció mientras daba a luz al decimotercer hijo que tenían en común; y es que toda esta obra faraónica es simple y llanamente la sepultura de una persona.

Todo el complejo tardó en construirse más de veinte años. El diseño fue de varios arquitectos, hubo involucrados maestros de varias disciplinas como escultores, calígrafos, grabadores, canteros… venidos de diferentes lugares del mundo, por eso en el Taj Mahal se dan manifestaciones de arte indio, islámico, persa y turco.  Se estima que la mano de obra ascendió a veinte mil personas. Cuenta la leyenda que el emperador mandó cortar las manos y cegar a los artesanos involucrados en la construcción para que no pudiesen levantar ningún otro monumento que se asemejase a este.

Otra de las leyendas es la que apuntaba al inicio; que había un proyecto para construir otro mausoleo idéntico pero en negro para ser enterrado el emperador. En uno de los documentales que vi, los presentadores iban al lugar donde el supuesto Taj negro se iba a erigir, al otro lado del río Yamuna, y había “algo” que se podía entender como los cimientos para este segundo mausoleo; aunque la verdad, era todo muy cuarto milenio. Otra de las interpretaciones es que a ese lado, se construiría un estanque donde se reflejaría el Taj por la noche, y por lo tanto se vería negro. Sea como fuere, solo hay uno, de mármol blanco y él por sí solo ya es bastante majestuoso e impresionante. Cuando murió el emperador fue enterrado junto con su amada esposa.

Como curiosidad os contaré que la vista típica que tenemos del Taj Mahal, la postal que a todos nos viene a la mente cuando lo evocamos, que es la foto misma con la que yo ilustro este post, es la parte trasera del edificio. La cara principal es la que da al río porque en el momento de la construcción se concibió el acceso en barco a través del río.

Actualmente es una de las siete maravillas del mundo. Indiscutible me parece que así sea pero al mismo tiempo no puedo dejar de pensar en la frivolidad que supone. Imaginad en el siglo XVII, cuando se construyó, en qué condiciones debían de vivir los súbditos de dicho emperador. Se emplearon todos esos recursos, dinero, mano obra, materiales valiosísimos, tiempo… en un imponente y ostentoso complejo que no vale absolutamente para nada, que es una tumba y ya. Y aún, a día de hoy, tenemos esa majestuosidad al lado de pueblos en los que no viven mucho mejor que en el siglo XVII. El ser humano… capaz de lo mejor y de lo peor… en un mismo acto.

1 comentario:

  1. Esto esta en mi lista de viajes pendientes.. Necesito un mes de vacaciones para ir a ver todo aquello..

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